Trabaja en la oficina y se masturba como una perra

Pues sí, mi gente, os traigo otra de esas mujeres que, por lo visto, también les gusta vivir su sexualidad en la intimidad y en los momentos mas recónditos y con el morbo a la vez de que cualquier pueda verla en su acto más íntimo. Creo que ahí está la cuestión, esa mezcla entre la cotidianidad y los momentos más extremos de adrenalina que quizá sean simplemente imaginados. La cosa es que tenemos aquí a una madura con un cuerpo espectacular masturbándose ante la cámara para que todos podamos verla como se mete un grandísimo consolador por su coño en la misma oficina donde trabaja, en la cual puede entrar en cualquier momento su jefe a su despacho y pillarla ahí, con el consolador en la mana y haciéndose una paja. Seguro que no se lo podría esperar, pero seguro también que se quedaría mirando, expectante de poder quizás follarsela duramente sobre la mesa del escritorio, que como jefe seguro que guarda esa fantasía.